Esta celebración tiene su origen en el Nuevo Testamento, donde se cuenta que los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron durante la noche desde los confines más remotos de la tierra para traerle regalos a Jesús, a quien reconocían como el Hijo de Dios. Llegaron de tres lugares diferentes siguiendo la luz de la estrella de Belén, que, según cuentan, estuvo colgada varios días sobre el pesebre donde la Virgen María dio a luz.
Por la ley Emiliani, el día festivo correspondiente se mueve para el siguiente lunes